Un borracho llega a su casa cantando y haciendo barullo.
En eso se asoma un vecino y le dice:
- ¡¡Psss!!, no haga bulla que su mujer se va a despertar!
- ¡No se preocupe!, cuando llego así, mi mujer y yo jugamos al exorcista!
- Ah, ¿si? ¿y cómo es eso?
- Bueno, ¡ella me sermonea y yo vomito!
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