- Hola, buenassss..., vengo porque he leído en el periódico que usted quiere vender un perro que habla, y como soy el propietario de un circo estoy muy interesado en él. ¿Puedo comprobar si realmente puede hablar?
- Pues, ¡claro!. Pregúntele.
- A ver, perro, ¿puedes hablar?
- (el perro) Pues, ¡claro!. Y también se tirar cuchillos con los ojos vendados mientras pedaleo en uniciclo sobre la cuerda floja.
- ¡Pero esto es increible! ¡Este perro es una mina de oro! ¡Con él puedo conseguir que mi circo sea famoso!! Y digame, ¿por qué quiere usted venderlo?
- Es que es muy mentiroso...
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